Preparación impecable
Alimentos más que limpios. Más vale prevenir. Mantenga suciedad, parásitos y sustancias tóxicas lejos de la cocina
Carlos Borboa | (26 abril 2013)
¿Se atrevería a comer un jitomate sobre el cual caminó un roedor?, ¿qué tal una lechuga sobre la cual se hayan posado cientos moscas?, ¿y una calabacita tocada por decenas de manos sucias?
De acuerdo con Montserrat Sabio, licenciada en nutrición y vocera de la campaña de desparasitación de laboratorios Janssen, el consumo de verduras o frutas sin lavar ni desinfectar se equipara a comer cualquiera de esos sucios ingredientes.
"No ver los contaminantes no significa que no estén ahí. Bacterias, parásitos y demás microorganismos están presentes en frutas, verduras y demás alimentos que no hayan sido lavados y desinfectados, incluso en aquellos que parecen limpios a simple vista", aclara.
La higiene no es exclusiva para frutas y verduras. Carnes mal cocidas, pescados y mariscos crudos, lácteos manipulados con manos sucias y latas sin lavar -sobre las cuales posiblemente caminaron insectos o roedores- representan un gran riesgo.
"No basta con quitarle la capa exterior a una cebolla sin lavar y utilizarla así, tampoco pensar que un limón no requiere lavarse porque sólo va a utilizarse el jugo", explica Sabio.
Cuchillos sucios, tablas de madera -cuyos poros almacenan microorganismos-, trapos y superficies sin lavar también son potenciales portadores de contaminantes. La recomendación es preferir siempre las tablas de plástico, dar limpieza constante a utensilios y procurar trabajar sobre superficies sanitizadas.
"Los alimentos que pueden contener parásitos en mayor cantidad son: agua, carnes crudas, pescados, frutas y verduras. Aunque, si no tomas las precauciones necesarias, cualquier alimento puede contaminarse por colocarlo en una superficie o tocarlo con las manos sucias", explica.
Incluso si se adquieren en supermercados de confianza, frutas y verduras deben lavarse y desinfectarse antes de utilizarse; botellas, contenedores plásticos y latas también deben enjuagarse.
Embutidos, derivados lácteos, aves, carnes, pescados y mariscos deben adquirirse siempre con proveedores especializados, mantenerse en temperaturas adecuadas de almacenamiento -debajo de -18 °C en congelación y 4 °C en refrigeración- y consumirse bien cocidos.
¿Cuál es cuál?
Las tres fuentes de contaminación de alimentos:
FÍSICA
· Elementos ajenos al alimento como piedras, cabello e insectos. Es la forma más común, sin embargo, es también la que menos enfermedades provoca.
QUÍMICA
· Detergentes, insecticidas, solventes y demás sustancias tóxicas. Se produce por malos manejos muchas veces por almacenarlos en el mismo lugar que los alimentos.
BIOLÓGICA
· Bacterias, parásitos, hongos y levaduras. Se produce por malos manejos de alimentos y es la contaminación que produce mayor número de enfermedades.
¿Sabías que...?
En México, la parasitosis intestinal ocupa el segundo lugar entre las enfermedades transmisibles reportadas. De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, aproximadamente 7 de cada 10 mexicanos tienen amibas o lombrices (o ambas) en los intestinos.
Decálogo de la higiene
Reglas básicas para garantizar una cocina limpia:
1 Lave sus manos después de ir al baño y antes de cocinar.
2 Lave, con agua y jabón, y desinfecte todas las frutas y verduras.
3 Prefiera carnes, aves, pescados y mariscos bien cocidos. El consumo de proteínas crudas implica siempre un riesgo.
4 Para cortar utilice tablas de superficie lavable, que no acumulen suciedad. Evite las de madera.
5 Mantenga el bote de basura tapado para evitar proliferación de moscas.
6 Lave cuchillos, tablas, recipientes y demás utensilios al cambiar de ingrediente.
7 Mantenga la cocina limpia y ordenada. Lave y desinfecte las superficies que entren en contacto con alimentos.
8 Coloque carnes, aves, pescados y mariscos crudos en recipientes separados, cerrados herméticamente.
9 Mantenga ordenado el refrigerador. Productos cocidos deben ubicarse siempre encima de ingredientes crudos.
10 Use toallas de papel o trapos limpios para la limpieza de superficies. Los trapos deben lavarse y desinfectarse diario.
*Con información de la campaña de desparasitación de laboratorios Janssen
Paso a paso: Aprenda cómo lavar adecuadamente verduras de hojas verdes:
1 Separar hoja por hoja. Seleccionar sólo las piezas en buen estado y desechar porciones dañadas.
2 Colocar las hojas en un recipiente con agua y jabón. Agitar con fuerza para retirar suciedad.
3 Tallar las hojas una a una con los dedos. Enjuagar, sacudir y colocar en un recipiente limpio.
4 Añadir una solución de agua y desinfectante hasta cubrir. Reposar el tiempo necesario.
5 Escurrir y colocar en un recipiente limpio. La recomendación es trocear en este momento.
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