La carne de aves, en especial la de pollo y el pavo, son carnes muy ligeras, fáciles de digerir y masticar, además de menores calorías que las demás carnes rojas.
Dentro del amplio grupo de las carne de aves tenemos: pollo, pavo, pato (la más pesada y rica en grasas), codorniz, perdiz y paloma. Se aconseja preparar sin piel porque así son más saludables, pero hay quienes gustan del sabor crujiente y grasiento de ellas y las dejan. Aquí veremos algunas datos a tener en cuenta:
1. Porción: para calcular por persona, siempre se cuenta 1 presa, a excepción de las pechugas, que valen enteras para 2 personas.
2. Contenido graso: la parte más saludable es la pechuga (sin piel), entre las más grasientas están las patas, muslos y alas del animal.
3. Métodos de cocción: pueden hacerlas asadas, a la sal, hervidas, al vapor, fritas o salteadas. Generalmente cuando se cocina asada, se deja la piel para que se conserve el jugo y salga más sabroso. Otra forma de cocinarlas y que queden jugosas, es quitar toda la piel y marinar las presas sin grasa en aceite de oliva, limón, vinagre de vino, hierbas aromáticas y especias.
4. Nutrientes: la carne de ave es rica en proteínas (sobretodo en la pechuga), además contiene vitaminas del grupo B, hierro, potasio, magnesio, zinc y fósforo. La piel es el lugar donde se deposita la mayor cantidad de grasa de la carne de aves y allí hay colesterol malo y grasas saturadas.